Una interrupción masiva del servicio cloud de Amazon, que comenzó en la región US-EAST-1 y se propago globalmente, paralizó apps, webs, bancos, y hasta la propia infraestructura de Amazon. Este lunes 20 de octubre de 2025 será recordado como un día en el que “cuando el proveedor estrella estornuda, Internet se resfría”.
Un fallo que empezó en silencio y se convirtió en estruendo
La mañana del lunes 20 de octubre arrancó con lo que parecía un “error operativo” en Amazon Web Services (AWS): la infraestructura cloud más grande del mundo. Pero en pocos minutos, los reportes en sitios como Downdetector comenzaron a dispararse: fallos en apps como Snapchat, juegos como Fortnite y plataformas de finanzas como Coinbase.
AWS informó “increased error rates and latencies” (“tasa de errores e-latencia incrementadas”) en su región US-EAST-1.
La caída se extendió rápidamente: Amazon.com, Alexa, Ring, apps bancarias del Reino Unido como Lloyds Bank, e incluso servicios gubernamentales como HM Revenue & Customs (HMRC) también sufrieron interrupciones.
¿Qué servicios se vieron afectados?
Entre los principales damnificados se reportan:
- Servicios de Amazon: Alexa, Ring, su tienda online.
- Redes sociales y mensajería: Snapchat, Signal.
- Juegos en línea y plataformas de entretenimiento: Fortnite, Roblox.
- FinTech / apps de banca digital: Coinbase, Venmo, Chime.
- Gobiernos y bancos en Reino Unido: Vodafone, BT, HMRC.
El efecto fue elocuentemente resumido por expertos: “Cuando un proveedor de nube mayor estornuda, Internet se resfría”
¿Cuál fue la causa del fallo?
Según los comunicados de AWS y los medios, la interrupción se originó por un fallo en servicios clave —como la base de datos Amazon DynamoDB o DNS (Sistema de Nombres de Dominio)— en la región norte de Virginia (US-EAST-1).
AWS indicó que el “issue operativo” ya había sido “fully mitigated” (totalmente mitigado) después de horas de trabajo.
El efecto: aunque los datos no se perdieron, muchos sistemas dejóron de encontrar los datos (similar a una “amnesia temporal de Internet”).
Impactos que van más allá de lo técnico
Para usuarios comunes: acceso interrumpido a apps, juegos que no cargan, compras online con problemas, alarmas de Alexa que no suenan.
Para negocios: interrupciones de carga, fallos de pagos, posibilidad de disputas comerciales. Como dijo una experta: “Los comercios van a limpiar este lío durante semanas”.
Para la infraestructura digital global: evidencia de cuán dependiente es el mundo de pocos proveedores de nube. La resiliencia ya no es opción sino necesidad.
¿Y ahora qué sigue?
Aunque AWS declaró la mayoría de servicios como operativos nuevamente, el proceso de “normalización total” aún está en marcha. Algunas operaciones pueden presentar latencia o limitaciones mientras se limpia el backlog de solicitudes.
Este suceso abre debates importantes sobre:
- Arquitecturas de nube multinube o híbridas, para evitar concentración de riesgo.
- Protocolos de continuidad del negocio que contemplen fallos de proveedores clave.
- Transparencia de proveedores y comunicación de crisis rápida.
“Una señal de alarma para la era digital”
El gran apagón de AWS de este 20 de octubre no fue solo un fallo técnico: fue una línea roja sobre la que descansa gran parte de la vida digital moderna. Desde juegos hasta bancos, desde apps hasta servicios del día a día, todos resultaron vulnerables. La nube, que prometía ser etérea e infalible, recordó que también puede fallar, y cuando lo hace, todo lo demás cae con ella.
La pregunta ahora es: ¿la próxima vez estaremos mejor preparados?