De Uruguay al mundo
En la costa atlántica de Uruguay, Punta del Este se erige como un destino que combina lujo, naturaleza y cultura, atrayendo cada año a miles de visitantes de todo el mundo. Para quien nunca la ha pisado, la ciudad sorprende desde el primer momento con su mezcla única: playas interminables, arquitectura pintoresca, vida cultural activa y una gastronomía de primer nivel. No por nada muchos la llaman el “Saint-Tropez de Sudamérica”.
El corazón de la experiencia son sus playas. Por un lado, la Playa Mansa, de aguas tranquilas, es ideal para familias y atardeceres inolvidables. Del otro, la Playa Brava ofrece olas intensas y es hogar de “La Mano”, la escultura que emerge de la arena y se ha convertido en símbolo de la ciudad desde 1982. Más allá de la península, lugares como Montoya o José Ignacio cautivan a surfistas y viajeros que buscan un ambiente más bohemio.









Pero Punta del Este no es solo sol y mar. Su agenda cultural y artística ha crecido de manera notable en los últimos años. A pocos kilómetros, en Punta Ballena, se levanta Casapueblo, la obra maestra del artista Carlos Páez Vilaró, que funciona como museo, galería y hotel. Allí, cada tarde, se celebra la famosa “Ceremonia del Sol”, un ritual que deja sin aliento a quienes lo presencian. En enero, además, la feria internacional ESTE ARTE reúne a galerías y coleccionistas de todo el mundo, consolidando la ciudad como un polo artístico de referencia en la región.
La naturaleza también se vive intensamente en los alrededores. El Arboretum Lussich, con más de 400 especies de árboles y plantas exóticas, invita a caminatas entre verdes senderos, mientras que la Isla de Lobos, con la colonia más grande de lobos marinos del hemisferio sur, ofrece una excursión única a bordo de embarcaciones que parten del puerto. La vecina Isla Gorriti, con sus playas vírgenes, es otro secreto bien guardado para pasar un día de calma.
El visitante que recorre Punta del Este también se encuentra con barrios llenos de encanto. La Barra, con sus casas de colores, galerías de arte y restaurantes junto al mar, es un lugar donde se respira un aire joven y cosmopolita. En el centro, la Avenida Gorlero concentra comercios, cafés y la tradicional Plaza de los Artesanos, mientras que el renovado Punta Shopping combina tiendas, cines y casino en un mismo espacio.
La propuesta se completa con una gastronomía que conquista a todos los paladares. Restaurantes como La Huella en José Ignacio, La Bourgogne o el clásico salón de té L’Auberge son solo algunas de las paradas obligatorias. Además, la zona se consolida como un nuevo destino enoturístico, con bodegas boutique que ofrecen experiencias entre viñedos y platos de autor, como Cerro del Toro o Luz Culinary Wine Lodge.
En síntesis, Punta del Este es mucho más que un balneario de verano. Es un lugar donde el lujo convive con la naturaleza, el arte con la gastronomía y lo local con lo internacional. Para quienes aún no la conocen, la ciudad promete algo difícil de explicar hasta que se la vive: una sensación de bienestar que nace del sonido del mar, el aroma del bosque y la energía de una ciudad que nunca deja de reinventarse.